Este giro latino se emplea habitualmente en el ámbito jurídico para señalar todas aquellas determinaciones que una persona toma por iniciativa propia, sean lícitas o ilícitas. En el habla diaria de periodistas, políticos y hasta de doña Rosa es utilizado para indicar que alguien ejecuta una acción espontáneamente, sin responder a petición previa. Observamos que a esta expresión, radicada en numerosos ámbitos de la vida cotidiana, a menudo se le agrega la preposición “de”, lo cual es incorrecto, debido a que siendo esta una locución latina debe respetarse su origen.
En la publicación de Luis Canossa encontramos más datos:
“El último elemento del modo adverbial motu proprio es convertido muy a menudo en propio. Su significado en castellano sí es propio, pero lo propio también es no olvidar que siendo locución latina debe conservarse como tal. Algunos lo dicen bien, pero la embarran al anteponerle la preposición ‘de’ . Siendo la traducción literal ‘de motivo propio’ y su significado ‘de propia, libre y espontánea voluntad’, se ve claramente que la preposición está de más”.
De: Luis Canossa, Secretos y sorpresas del idioma, Atlántida, Buenos Aires, 1987.