Son palabras que por error a veces son utilizadas como
sinónimos, pero no lo son, ya que determinan situaciones diferentes y hay que
saber aplicarlas correctamente.
Cuando se utiliza el término femicidio se habla del homicidio de una mujer en el que no es
preponderante la relación de género. Es decir, son crímenes perpetrados contra
mujeres, por un hombre o por una mujer, pero que no están dirigidos a la mujer
por su condición.
En cambio, cuando hablamos de feminicidio, se trata de
asesinatos contra mujeres por su condición de género, por lo tanto son
homicidios en los que cuenta la relación de poder y la impunidad con el que son
cometidos. El asesinato es llevado a cabo entonces por un hombre y se basa en
una relación desigual entre los sexos: superioridad genérica, misoginia o
sexismo. No solo se asesina el cuerpo de la mujer, sino que se asesina también
lo que ha significado la construcción cultural de su cuerpo, con la pasividad y
la tolerancia de un Estado masculinizado.