Viajando en taxi por la Ciudad de Buenos Aires cualquiera podría encontrarse con esta imagen:
La foto en cuestión ilustra unas “placas”, de uso obligatorio y que todos los taxistas deben exhibir en la parte trasera de sus asientos, que dan a conocer al usuario la reglamentación vigente. Quizá a simple vista solo se note un exagerado uso de mayúsculas sin mucho sentido, algunos errores ortotipográficos, como la ausencia del punto en los ordinales, pero más adelante se podrá ver que aquí hay más...
He descubierto que existen varias versiones de estas placas emitidas por los distintos gobiernos de turno, pero esta en particular captó rápidamente mi atención al descubrir que indica algo contradictorio. La frase que nos ocupa es la del punto 4.º, y da a entender que el conductor podría negarse a llevarnos más allá de los límites de la Capital pero que, además de negarse y dejarnos varados por ahí, podría… ¡cobrarnos el viaje!
Este tipo de errores se explican en gran medida por la ausencia de correctores en todos los ámbitos gubernamentales. Pero este es otro tema y otro debate. Lo cierto es que la ordenanza municipal de donde surge este fragmento, por supuesto, no dice lo que figura en este texto, el que terminó siendo una libre interpretación de quién lo transcribió.
Para aprender de este error, veamos algo muy breve acerca de la conjunción:
María Marta García Negroni dice: “La función general de la conjunción es la de conectar elementos sintagmáticos. Se reconocen dos tipos de conjunciones según la relación que se establece entre los miembros conectados: conjunciones de coordinación y conjunciones de subordinación”.
Aquí nos centraremos en las de coordinación y, dentro de este grupo, en dos de ellas: las copulativas y las disyuntivas.
Son palabras invariables desde el punto de vista morfológico, y sirven de nexo o enlace. Unen estructuras oracionales que relacionan elementos que tienen igual función sintáctica. Se caracterizan por tener una posición fija entre los miembros coordinados y por no poder acumularse. Dentro de este grupo encontramos:
1) Las conjunciones copulativas, que aportan un significado de adición o suma. Ellas son: y, e, ni.
La secretaria es amable y educada.
Se levantó y se fue a trabajar.
No es esto ni aquello.
La conjunción e se emplea en lugar de y cuando la siguiente palabra empieza por i- o por hi-.
Cecilia fue mamá e Inés está por serlo.
Fueron al desfile madre e hija.
Pero, no puede colocarse e ante una palabra que comience con el diptongo hie.
En la fiesta faltaron bebidas y hielo.
2) Las conjunciones disyuntivas establecen opciones entre las que hay que elegir, ellas son: o, u.
¿Sube o baja?
La conjunción u se utiliza en lugar de o ante las palabras que empiezan con o y ho.
¿Has recogido todo u olvidas algo?
¿Su abuelo está en la casa u hospitalizado?
Anteriormente decíamos que los nexos coordinantes no se pueden acumular, excepto cuando usamos a la vez y/o para plantear adición y disyunción porque la idea que se expresa así lo requiere (por supuesto, no es el caso de la placa de los taxistas). Sin embargo, su uso se encuentra restringido fundamentalmente al lenguaje administrativo o técnico.
El material queda a disposición del público para su consulta y/o compra.
Como se puede ver claramente, aquí la acumulación tiene una aplicación correcta, ya que indica que los clientes tienen la opción de consultar o comprar, o de realizar ambas cosas.
Fuente de consulta: García Negroni, M.; El arte de escribir bien en español; Santiago Arcos editor; Colección Instrumentos; Buenos Aires; 2006.