Decir de la mejor manera lo que se quiere comunicar



No bien lo leas te va a quedar grabado

El modo adverbial no bien equivale a tan luego como. Es muy común el uso de ni bien en reemplazo de la forma no bien. El problema es que ni bien, en ese caso, está mal usado porque la conjunción copulativa ni enlaza palabras o frases que denotan negación, por ejemplo:

El Ministro no le creyó al Senador ni cuando le pidió disculpas.

Entonces, no sería correcto decir frases como esta:

Ni bien despertó se marchó sin decir nada.

Ni bien haya regresado le diré todo lo que pienso.

Deberíamos reemplazarlas por:

No bien despertó se marchó sin decir nada.

No bien haya regresado le diré todo lo que pienso.

“Percanta que me amuraste…”

Recogemos del Diccionario Lunfardo de José Gobello que “percanta” significa: “Mujer, considerada desde el punto de vista amatorio”.
Aclarado esto, nos interesa el origen de la palabra “amurar”. Observamos en el Diccionario de Africanismos en el Castellano del Río de la Plata de Néstor Ortiz Oderigo lo siguiente:

amurar. En el lunfardo o caló de nuestra ciudad, el vocablo adquiere distintas acepciones. Pero la que aquí nos interesa es el significado de “casarse”. Y se explica, pues la palabra procede del hausa, hausá o ausá, idioma que hablan los pueblos de la zona africana situada en el norte de Ecuador, el oeste de Sudán y el sur de la región mediterranea donde amure significa “casamiento”. También esta palabra registra el sentido de “abandonar”, “dejar”, “desamparar” o “relegar”. Con esta última acepción, dice nuestro tango: “Percanta que me amuraste en lo mejor de mi vida, dejándome el alma herida...”.