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Consumerización, ¿un neologismo?

Entre los desafíos que se presentan en el trabajo de un corrector de estilo, se encuentra asegurarse de que las palabras tengan el sentido correcto y por ende también que lo tengan los textos. Es muy importante que cada cambio que se haga, cada adecuación de un escrito, conserve siempre la idea original. En la tarea, muchas veces nos surgen dudas y consultar la bibliografía es necesario; pero también sabemos que Internet, como una entidad omnipresente, es quien responde muchas preguntas que diariamente nos hacemos, no solo los correctores, sino todos los usuarios de la Red. ¿Quién no ha “googleado” todo aquello que no entiende, se le viene a la mente o no recuerda con exactitud? Encontrar definiciones, citas, datos biográficos o información que tengamos incompleta, o tratar de resolver dudas buscando en Internet, es cosa de todos los días. En definitiva, la Red es especial para refrescar aquello que no recordamos o para acercarnos a lo que no conocemos; en segundos un motor de búsqueda genera varias respuestas y despeja el camino, y brinda un abanico de opciones que seguramente podrán satisfacer nuestra necesidad de informarnos. Pero como verán a continuación esto a veces no sucede, por lo menos no inmediatamente…

Mientras divago sobre las bondades de Internet, creo que me estoy yendo un poco de tema. Aquí lo que convocaba esta breve nota era el neologismo (nuevo término que se incorpora a una lengua por su uso reiterado) consumerización y lo que antecede es solo una mera descripción de lo primero que atiné hacer al ver esta palabra, es decir, la “googleé”. Algunos de los resultados fueron los siguientes:

1. La consumerización de la TI* es la tendencia creciente según la cual los usuarios corporativos terminan por decidir qué dispositivos, aplicaciones y servicios se usan en el empleo.
* Se entiende que esta sigla se refiere a las tecnologías de la información.

En esta definición parecería que la palabra consumerización indica que los consumidores de este tipo de tecnología son los que deciden qué medios utilizar (marcas, modelos, etc.).

2. Consumerización: Adaptación del Punto de Venta a las costumbres particulares de los consumidores que frecuentan el lugar.

Lo anterior aparece en un diccionario o manual publicado en Internet, pero no es posible identificar el ámbito en el que se aplica. Se podría pensar que este término se refiere a algún aspecto de la atención al cliente.

3. El término, consumerization, primero fue popularizado por Douglas Neal y John Taylor, del Foro de Vanguardia de CSC en el año 2001, uno de los principales impulsores de la Web 2.0 y de Empresas 2.0.

Sumamos más información al conocer del contexto en el que se origina el uso de esta palabra.

Finalmente, también es posible ver en Internet que hay publicaciones que indican que este término sirve para señalar la aceptación de las nuevas tecnologías por parte de los usuarios, lo que produce un fenómeno llamado “consumerización”.

No está muy claro de dónde viene el término consumerization (en su idioma original, tal como lo popularizaron Neal y Taylor) ni para qué se usa exactamente, sabemos que se aplica en el ámbito de consumo de las nuevas tecnologías de información y comunicación (redes sociales, teléfonos inteligentes, informática).

Personalmente, creo que esta palabra es una deformación de consumer-ism, lo que en nuestro idioma significaría “consumismo” y entiendo que entonces este neologismo, así como nos llega, no tiene una traducción que se acerque siquiera un poco a nuestro idioma, es una adaptación de lo que creo debería llamarse tecnoconsumismo. El tiempo y la aplicacion de esta palabra dirán si seguirá siendo usada.

Por cierto, ¿la Real Academia Española incorporará “googlear” a su lista de verbos?


Fuentes:

La unificación, un factor fundamental en la corrección

Pensé en volcar algún contenido referido a este punto tan importante en el proceso de corrección y buscando información encontré fragmentos de un texto de José Martínez de Sousa ―una de las máximas autoridades en tipografía, ortotipografía y bibliología en español―, recogidos por Pablo Valle en su libro Cómo corregir sin ofender, editado en Buenos Aires por Lumen en 2001.

La unificación consiste en darle el mismo estilo a la totalidad de un texto para que este tenga coherencia y cohesión, ya que este proceso facilita su lectura y es esencial para que el mensaje que contiene sea claro y conciso. Un escrito que carece de esta cualidad se hace pesado, es confuso y dispersa la atención del lector.

A las líneas escritas por Martínez de Sousa que siguen a esta breve introducción no hay nada que agregarles, por eso las comparto tal como las encontré en el libro de Pablo Valle, quien es profesor de Letras y un reconocido profesional de la corrección de textos.
Vayamos entonces a lo que Martínez de Sousa dice acerca de este proceso:

Puede decirse que la unificación (o uniformidad) es uno de los factores más importantes de la corrección, tanto de estilo como tipográfica. […] “Todos moros o todos cristianos”, suele decirse muy a menudo para inculcar la necesidad de la unificación.
La unificación debe empezar en el original mismo; para ello, en primer lugar, debe respetarse el criterio del autor o traductor, en tanto que sea correcto y acertado; […]
La unificación en las galeradas* (y peor aún en las segundas pruebas) es sumamente enojosa, ya que el corrector tipográfico desearía no tener que tocar las líneas por este concepto. De aquí la importancia de repasar y unificar bien el original. […]
Téngase en cuenta que muchas veces, aunque el valor de esta apreciación sea relativo, se mide la capacidad de un corrector tipográfico por su eficacia en la unificación de todos y cada uno de los pormenores de una obra. En realidad, es preciso decir que este factor constituye quizá la parte más difícil de la corrección tipográfica, puesto que casi todas las virtudes del corrector tipográfico se sintetizan en esta palabra: unificación.

* Prueba de la composición, sin ajustar, que se saca para ser corregida.