Decir de la mejor manera lo que se quiere comunicar



No comas de más ni de menos

Una tarde, mientras tomaba un café por ahí, me entretuve mirando las frases impresas en los sobres de azúcar del bar. Recordé que en algún momento llevaron dichos de escritores famosos, pero acorde a los tiempos que corren, hoy son palabras de tuiteros, que en la mayoría de los casos escriben con velocidad y sin pensar demasiado cómo lo hacen; lo podemos ver diariamente. El avance de Internet genera un tránsito exacerbado de información de todo tipo en las redes, a veces útil y otras no tanto, pero también revela errores en la redacción de textos y en las traducciones. Lo de los sobrecitos me puso directo en la mano tres casos que tienen que ver con el mal uso de la coma, "esa puerta giratoria del pensamiento", como decía Julio Cortázar.


Coma de más
Es incorrecto colocar la coma entre el sujeto y el predicado. En este caso el sujeto es complejo y es más difícil identificarlo. Lo correcto sería:
El que envidia lo ajeno no disfruta lo propio.










Coma de menos
En este segundo caso debería estar la coma, es necesaria, ya que separa dos unidades diferentes y debería colocarse antes del pronombre relativo. Incluso, hubiera quedado bien enfatizar la oración de esta manera:
¡Con alegría!, que estamos de paso.








No coma
Y en este último caso es una coma innecesaria,
simplemente debería decir
Recuerden que por cada lunes hay un viernes.


Trestigres

No son tres tristes tigres
estos felinos que me rodean, 
naturaleza viva que merodea, 
incondicionales bestias peludas,
gráciles figuras.
Me arrodillo ante ustedes
para ver la grandeza de sus movimientos, 
para sentirme parte, más cerca,
para acariciar hebras de amor,
verdad sintetizada.
Mucho más que una frazada, que una colcha sobre mí,
el placer ronroneante,
maquinaria a sangre,
me entrego al sueño con tus sonidos amigables.


PL





¡Agarrate, Catalina!


Esta expresión suele completarse con el agregado: “que vamos a galopar”. Se usa para indicar que estamos a punto de iniciar una acción que entraña vértigo o peligro. La historia más creíble del origen de esta frase no nos refiere nada acerca de algún galope, pues apunta a una señorita de nombre Catalina que integraba una familia de trapecistas de circo que recorrían los barrios porteños en la década del 40. Se dice que Catalina desoyó  todos los consejos y siguió la tradición de sus antecesores. Y cuando iniciaba sus peripecias aéreas, primero sus parientes y luego el público, le gritaban: “¡Agarrate bien, Catalina!”. Esta historia al parecer tuvo un final trágico, ya que terminó con Catalina muerta en una función, cuando el Hombre Bala se estrelló contra su torso.

Fuente: https://sigificadoyorigen.wordpress.com/

Foto: www.dosequilibrados.blogspot.com.ar

Pelele

Recientemente una importante legisladora de la ciudad de Buenos Aires hizo un comentario acerca de la utilización de un político en un caso muy resonado por estos días en Argentina. En sus declaraciones utilizó la palabra pelele, un término que me sonó conocido, pero a pesar de eso no sabía su origen. 

Ella dijo algo así: "Las escuchas telefónicas en realidad solo hicieron quedar a D'Elia como un pelele".

Según datos que encontré en Wikipedia, esta palabra tiene origen en la península ibérica. El pelele era un muñeco de paja que se manteaba en algunas festividades.

La palabra pelele, según algunos investigadores, puede ser un diminutivo vasco del nombre Pedro. En el país de Sola (país vasco-francés) se conserva Pelele como equivalente de Perico o Pedrito.
Más conocido como pelele en la España de los siglos XVIII, XIX e inclusive el siglo XX era el muñeco de paja manteado (tirado hacia arriba con mantas o sábanas) por un grupo de mujeres en forma de chanza durante los carnavales en Madrid y pueblos adyacentes. El ritual del manteo se sigue repitiendo en nuestras épocas en casi todo occidente como rito de despedida (soltería, egreso, etc.) o de iniciación (en una organización, en la escuela, en el ejército).

De acuerdo a la RAE, la palabra tiene un significado similar, pero además agrega otro:
1. m. Muñeco de paja o trapo con figura humana que se hace con ocasión de algunas fiestas populares.
2 . Persona que se deja manejar por otras: "es el pelele de su jefe".



Fuentes: http://es.wikipedia.org/wiki/Pelele_(mu%C3%B1eco) y Diccionario de la Real Academia Española en línea.
Imagen: El pelele de Goya (Museo Nacional del Prado, Madrid).